Señora



Estabas tan cerca mio, tu pelo casi rosaba mi rostro, solo respiraba el suave aroma de tu perfume mezclado con el de tu piel, podía distinguir el intrincado hilado de tu blusa, e imaginaba lo suave que se sentiría al tocarte, veía algo de tu cuello y esa delgada gargantilla dorada, tus manos hermosas bien cuidadas con tus anillos que me hacían apretar mis puños imaginandome tenerte de la mano, me acerque aún más, tus caderas rosaron las mías, tu espalda mi pecho, abrazarte quería... y solo cerraba los ojos imaginandome no tan solo abrazándote, si no que desnudándote, sacándote esa ropa, besándote toda...lamiéndote toda...haciéndote de todo... pero como siempre de regreso del trabajo te bajaste en tu paradero y solo me quede en la ventana observando tu andar tan especial...que importa que fueras mayor yo solo te deseaba y no se si por momentos te dabas cuenta y disfrutabas de mis ansias...y jugabas con ellas...

Comentarios

  1. Disfruté tus ansias...
    Respiré tu deseo...
    Percibí tus manos, tus labios, tu sexo...te gocé en mi esencia de mujer...

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto que nos damos cuenta y nos encanta.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Deja con cariño y ganas tu opinión