Mis Masturbaciones

La Prima


Si alguna vez tuve una musa inspiradora fue ella y destacada musa sobre todo por ese lado prohibido que envuelve esa mítico personaje de la prima, en el particular es un personaje ya citado en varios relatos e historias, ella siempre destaco para mi por su belleza era linda y sobre todo tenia un busto muy grande, pero muy grande y como uno tiene esa fijación por las tetas cuando adolescente peor el asunto, ella era muy coqueta, siempre me buscaba para conversar, yo feliz de eso, aunque fueran solo conversaciones triviales, yo en esos años nada de nada crudito como se dice, allí me jugo en contra mi timidez pero quizá como digo fue para mejor.

Para que les voy a mentir alucine con ella los primeros meses mejor dicho todo el tiempo que vivió con nosotros, mi vista alucinaba cuando ella salia del baño envuelta solo en una toalla, o cuando solo lucia poleritas que decir cuando se notaba que no usaba sostenes, la curiosidad era muy grande, no pude evitar trajinar su ropa y descubrir su ropa intima, recordando fríamente fue un momento muy adrenalínico, no encontré una maravilla ultra sexy ni erótica, era ropa interior suave pero normal por así llamarla nada de encajes ni transparencias pero a esa edad no era importante aquello solo saber que esa suave tela acariciaba su piel, miren los rollos que me pasaba no dudé tampoco en olorosarla profundamente intentando rescatar algún aroma de ella aunque claro sólo fuera ropa limpia.

Al poco tiempo nos cambiamos de casa a una mucho mas grande, allí note un acercamiento mucho mayor de ella a mi, por las tardes cuando ella llegaba de sus estudios como que me buscaba, se iba a mi pieza se tiraba sobre la cama como que lucia sus pechos, tentándome, para que les voy a decir cuantas películas me pase con ella a la hora de masturbarme,  aquí llegue a espiarla en el baño por el vil  agujero de la cerradura o en la pieza a la hora de acostarse o levantarse por una pequeña rendija en la pared aunque veía nada siempre era excitante aquello.


15 a 16 años tendría yo por aquellos años, ademas estudiando en liceo de hombre ella era la única mujer con la que compartía por aquellos años por fuera, aveces me masturbaba sobre su cama teniendo cuidado de no ensuciar con mis fluidos muchas veces sentí que me miraba con otros ojos y me imagino que ella disfrutaba con mis miradas o por lo menos se sentía deseada.

Pasaron los años y está vez me toco a mi ir a vivir a su casa, ella ya trabajaba yo fui a hacer una práctica, está vez ella fue mucho más osada conmigo me invitaba por las noches a ver películas a su pieza y a acostarme con ella para capear el frío varias veces me tiró las manos accidentalmente sobre mi sexo o bien tomaba una de mis manos y la colocaba sobre sus caderas o la subía hasta uno de sus pechos pero nunca iba más allá de ese juego pervertido, hasta que un día me pillo sólo en su casa, me fue a buscar a mi pieza que era la más pequeña de la casa suficiente para mi, luego de un par de palabras se pegó a mi pecho y nuevamente tomo mis manos y está vez yo acaricie su cuerpo por momentos torpemente pero muy placentero, ella tomo las riendas, me beso descaradamente yo me dejé y le devolví el beso no tardo en notar mi erección y comenzó a frotar su sexo con el mio sobre las ropas ella comenzó a poner unas caras calentonas y luego de un besito me dijo " vamos a mi pieza" la seguí sin dudar, ella quitándose la ropa en el camino me miraba sonriendo pícaramente, cuando llegamos allí estaba sólo con su tanga al girar pude ver por fin claramente sus enormes pechos coronados por una gran areola y un pequeño pezón, allí estaban mi sueño era real ella se recostó en la cama y la bese, me entregue me deje llevar, apretaba mi cara contra sus pechos nuevamente lo reconozco con algo de torpeza pero eso mismo a ella parecía gustarle, con mi erección ya mas que lista ella se desesperó me recostó sobre la cama y luego de liberarla de mis ropas me dio un sexo oral que aún recuerdo, de un bolsita saco un condón y me lo puso me saco los pantalones y me recostó sobre la cama allí estaba ella completamente desnuda se acomodó sobre mi y mi sexo se perdió en ella, como se dice me hizo pedazos como se movía, mis manos la verdad me faltaron manos, luego se colocó en cuatro sobre otra de las camas de su cuarto era tan caliente todo aquello que pronto volvieron esas ganas de acabar y lo hice fue delicioso, los tres meses de práctica valieron la pena.



Paso el tiempo y luego por chat conversamos sobre lo que paso en aquellos meses y es grato saber que lo recuerden bien a uno y por supuesto a ella también se le recuerda con muchas ganas. Ni recuerdo las veces que me masturbe con su recuerdo, pero fueron muchísimas.



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