Cecilia.-


Cecilia y yo fuimos dos años compañeros de pensión, mientras estudiábamos en la U, yo vivía justo frente a su pieza, nuestras puertas coincidían frente a frente, incluso fue ella quien me dio el dato para irme a vivir allí, siempre sentí que ella era una chica muy sería que estaba allí para aprender más que para pasarlo bien, nunca la vi en una fiesta o cosas así, la conocí cuando un año me tope  con ella  en clases de un ramo que ella lo hacía por segunda vez, pasaba desapercibida, tenía novio que lo veía sólo los fines de semana un tipo para decir verdad bien quitado de bulla y que a simple vista uno pensaba que no era para ella, pero en fin el amor tiene sus reglas que aveces no entendemos.

Dos atributos físicos tenía Cecilia que me encantaban uno era su cabello era medianamente largo y a la vez ondulado le daba un toque exótico y siempre me ha gustado y llamado la atención aquellas mujeres que así lo tienen y lo otro que me encantaba de ella era su cola de verdad echa a mano y lejos pero lejos una de las mejores colas de la U, especialmente cuando lucía unos jeans ajustadisimos, recién allí muchos se dieron cuenta de ella y por supuesto yo, era un imán para la mirada, yo que prácticamente viví con ella siempre la respeté, nunca fui desubicado en mirarla tan evidentemente pero era inevitable no mirarle el culo cuando se daba la posibilidad, la conocí en pijama, buzo, jeans, falda y siempre fui un caballero, estudiábamos juntos, compartíamos materia y apuntes, quizá eso mismo jugo en mi favor y me gane su confianza (la verdad es que siempre me pasa con muchas mujeres). De cara eso sí no era muy agraciada, no era de las más lindas de rostro y para que vamos a mentir no importaba mucho.

Recuerdo que llegue a aquella pensión a días de iniciar el otoño y pronto llegó el frío, me llamo mucho la atención su atención a mi persona por parte de ella, siempre demostró preocupación me prestó una estufa para calefaccionar mi pieza, si le sobraba algo para comer me convidaba así poco a poco nos fuimos dando confianza y amistad, al poco tiempo me cambié de pieza a una muy pequeña que estaba frente a su cuarto, la cual era pequeñísima pero acogedora tenia allí mi cama, una mesa escritorio, un velador, y otro mueble donde guardaba casi de todo y el espacio donde estaba la pequeña alfombra donde me vestía y desvestía, quizá allí nació mi gusto por el movimiento "minimalista".

Ella conocía de mis andanzas y se reía de ellas, un día le pregunte por que no salíamos a bailar en una de tantas fiestas organizadas en la U, negandose obviamente por el compromiso que sostenía con su novio, hasta que una vez coincidimos en una de aniversario donde la mayoría asiste, yo me fui con mi grupo y ella me confirmo que iría con sus amigas, (quizá para no despertar sospechas de las malas lenguas que nunca faltan), por esas cosas de la vida nos encontramos en el gimnasio y fue una total felicidad, que les puedo decir lucia hermosa sus jeans claros lucían perfectos una poletira de tirantes y unos lindos zapatos completaban el cuadro, bella, se me acerco me abrazo y nos pusimos a bailar, de allí nadie nos separo, claro no faltaron los envidiosos y envidiosas que nos miraban más de lo normal, aquí la novedad era ella y su hermosa cola que lucía, nos tomamos unos tragos y se ánimo el asunto, por unos minutos tuve que ir al baño y al regresar la vi de lejos hablando con sus amigas, me quede oculto observando, pasaron minutos y note que buscaba con su mirada entre la gente a alguien me ilusione que era a mi, se le acercaron varios chicos a sacarla a bailar y se negó con todos, me acerque y al verme otra vez su rostro se ilumino era obvio a esa altura su agrado conmigo, quizá se sentía segura, y siempre es mejor diablo conocido que por conocer, bailamos otra vez hasta que ya no dimos más, ella lo estaba pasando muy bien.

Lentamente el lugar fue quedando vacío, muchos seguían la fiesta en otro lugar o simplemente se retiraban, y nosotros estábamos cansados con una simple mirada se entendió fuimos por nuestras chaquetas y nos fuimos, despidiéndonos en el camino de uno que otro amigo, fue una caminata de unas 8 cuadras, hablamos mucho, el frío de la noche se sentía, entramos a la casa y con el pasillo a oscuras cada uno apoyado en su puerta nos mirábamos en la penumbra aún hablando en una despedida eterna, no miento me encantaría entrar en su cuarto o que ella entré al mío, luego de un silencio se acerco par darme un beso de despedida pero fue más un abrazo y agradecimiento me pareció extraño, me invito a tomar un café acepte y allí hablamos pelamos a los asistentes de la fiesta de las parejas y de uno que otro profe que apareció.

Nuevamente me agradeció por haber bailado con ella, me parecia extraño que dijera eso como si fuera algo asombroso, pero quizá para ella lo fue, la vi contenta como pocas veces, muchas semanas siempre lucia un semblante demasiado serio triste por momentos, pero esa noche en ese baile ella brillo.


Yo me quede sentado en la silla junto a la pequeña mesa y ella recostada en su cama, como lucia esa cola, reíamos a carcajadas por momentos, hasta nosotros mismos acallábamos las risas para no molestar a las otras habitaciones, (era dulcemente evidente su coqueteo) incluso aquellos silencios incómodos no lo eran, resulta que ese año llego a una habitación una chica que estudiaba enfermería y salió al tema, siempre la visitaba su pololo y se quedaba a veces toda la semana, y era obvio que tenían sexo, sobre todo en las noches ya que ella emitía unos gemidos muy sexys, Cecilia me contó de una vez que entraron juntos al baño al lado de su cuarto y se dieron una ducha juntos, entre risas me contó que escucho ruidos muy extraños y yo le confirmé con los que escuchaba de noche y ella no lo podía creer entre risas, al final eran jóvenes y eran pareja claro lo malo es que distraen a los demás, y tu le pregunte -eres calladita???- Fue mi jugada por un segundo pensé hasta aquí me llego el trasnoche a mi cuarto, pero no, sonrió y me dijo -aveces si aveces no, una mezcla de las dos- , -depende como me traten...-, -A claro depende mucho del otro-, así es...sentencio,  A esa altura ya me había acercado a su cama lo suficiente, se giró en la cama quedando acostada de espaldas, su busto pequeño resalto a pesar de eso, la mire por completo sin disimular nada mi mirada, pero fue como un adiós, sin levantarme de la silla le anuncie mi retiro -creo que mejor me voy a dormir, mira ya van a ser las seis-.


Se sentó en la cama y encamino a la puerta era solo un par de pasos yo podía irme solo, pero no ella me acompaño hasta allí, sin abrir la puerta, las cortinas de ella se movieron un poco, yo creo que fue el trago, no podía ser otra cosa esa es mi explicación razonable para lo que a continuación sucedió, yo me incline para un beso en la mejilla, pero ella tomo con ambas manos mi cara y me beso larga y apasionadamente, en unos primeros segundos abrí mis ojos asombrado, y ella cerraba los suyos, luego me relaje y cerré mis ojos, la abrace por la cintura apretándola contra mi cuerpo atesorando aquel contacto, aquellos segundos en mi disco duro, ni siquiera sabía que hacer con mis manos, por un segundo pensé que tenia que recibir una orden o pedir permiso, el beso se alargo, ahora ern mordidas de labio, lengua con lengua, suspiro con suspiro...

Continuara...





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