Ceci 4


Yo creo que ambos teníamos un tremendo drama en la cabeza y en el cuerpo, ella dormitaba a mi lado por lo que me cuestione aquello, mire el reloj y apenas marcaban las 10 de la noche, la cubrí con una manta mientras yo me sentaba en la cama buscando mi ropa, pero ella levanto la cabeza y pregunto -¿Ya te vas?- ¿Quieres que me quede?-respondí, -Si- respondió y volvió a su posición original, me coloque mi polera y me recosté a su lado y acaricie su espalda por largo tiempo.

De pronto se incorporo y me miro a los ojos, se tomo la cabeza con ambas manos diciendo ¿Qué vamos a hacer?, la mire con cara de pena, angustia no sé, yo solo quería tirar con ella, si lo podíamos repetir sin enredarnos sentimentalmente mucho mejor, pero pensé que si argumentaba aquello iba a perder pan y pedazo, -lo que tu quieras- dije, y en parte era verdad ella tenía todo el poder, yo era un simple peón a sus servicios, -eres muy atractiva y me gustas mucho- dije intentando arreglar algo que pensé estaba mal, -tu igual me gustas- respondía mi frase acariciando mi brazo que abrazaba su cintura.

-Primero, esto no lo tiene que saber nadie- me miro profundamente a los ojos, -por supuesto que nadie- besé su hombro como señal de juramento, ella busco mi boca y nos besamos apasionadamente, me acomodé a su lado boca a boca para seguir con aquel beso, mientras mis manos acariciaban su culo, y una de mis manos sus labios allí abajo, mi erección enorme ya necesitaba una caricia tomé su mano y la llevé allí, -apretame- le susurré, y así lo hizo, me apretó con fuerza primero la base luego en el centro y finalmente la punta de mi miembro, que a esas alturas solo quería dos cosas, o que me la comiera con su boca o que se la metiera por donde ella quisiera, nuevamente busque un preservativo, pero lo dejé en mi mano, puse mi sexo entre sus piernas y comencé a frotarlo contra sus labios sin la intención de meterla, solo de acariciar y estimular su clítoris, como gemía despacito eso más me mataba.


Me salí de allí y comencé a bajar primero besando sus pechos pequeños y sus oscuros pezones y así mas y mas abajo, ella entendió a donde iba y así como yo bajaba ella subía lo que le daba la cama, fuimos girando hasta que quedamos en un perfecto 69, ella sobre mi, una delicia nuevamente acariciar su culo separar sus cachetes y ver su bello ano, mi lengua se perdía entre sus labios en búsqueda de su pequeño botón dorado, ella jugaba delicadamente y aveces con fuerza con mi sexo que no perdía fuerza, llego un momento que ella se levanto como sentándose en mi cara, yo feliz con aquello , podía escuchar sus gemidos y susurros que no lograba entender, de un pequeño salto quedo de pie al lado de la cama y se volvió a colocar sobre mi ahora sexo contra sexo, le mostré el preservativo y me dio unos segundos para colocarlo, ya enfundado ella se volvió a ganar sobre mi y se la metió toda dentro que placer, que calor de ese cuerpo, la agarre de la cola y la hice caer sobre mi pecho, -que culo mas rico tienes- le susurre al oído, y fue como abrir una puerta a su fantasía, -dime más- dijo mirándome a los ojos de golpe mientras parecía que me apretaba con su concha.

Continuará...







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