Señora Claudia 3


Claudia lucia feliz, poderosa y orgullosa de lo que había pasado allí en su pieza, me alcanzó el vaso con un poco de trago (un combinado con negra) suave pero oportuno para el momento, la camisola de color claro algo amarillo dejaba notar sus pezones mientras acomodaba su pelo con sus manos y luego con un gran peiné, yo desnudo bajo las sábanas me sentí algo intimidado mire mi polera y camisa allí estaban a los pies de la cama, luego de un pequeño brindis Claudia no dejaba de hablar de su perrita se reía y no podía creer que nos escuchará, —¿me das un minuto, puedo pasar al baño?— pregunte, se levantó de un salto, sus maravillosas piernas musculosas abrieron la puerta de su cuarto, y me indico la puerta del baño —¿Puedo darme una ducha rápida?— dije, me alcanzó una toalla y medi una ducha, volví con la toalla en la cintura, recogí mi ropa para acomodarla por allí.
—¿Ya te vas?— pregunto algo preocupada...—nooo, ¿O quieres que me valla?—respondí, me miró y algo sonrojada me dijo tímidamente que no.

Me volví a acomodar en la cama bajo las sábanas poniendome la polera y dejando la toalla de lado, las noches calurosas de aquí aún persistirán en pleno mes de marzo. 

Estuvo increíble Claudia—le comenté peinando mi cabello, volvió a sonrojarse más que antes, se acomodo de guatita sobre la cama a mi lado su cara estaba a la altura de mi hombro, con mi mano izquierda acaricie su hombro, —Eres una tremenda mujer, y no lo digo solo por lo que acabamos de hacer— sonriente por fin era yo quien tomaba la voz o sería que no tenía como expresarse, —Si alguna vez me imaginé algo has superado todo lo que podude imaginar—, —ya, no le pongas tanto— —Tu si que eres increible— termino de decirme mirándome a los ojos, —¿Te gustó?— entre risas pregunté y volvió a ponerse roja...—Mucho
Afirmo y no dijo más ya que me acerque para besarla luego de tomar ambos un nuevo sorbo de nuestras copas, ahora mi mano acariciaba su espalda baja justo donde termina la espalda y comienza la cola.

Se acomodo bajo las sábanas y su cuerpito se pegó al mío seguimos en aquel beso que parecía eterno, por momentos me sentí algo intimidado ir con mis manos más allá, no se creo que "las primeras veces" con alguien suelen ser de ensayo y error de acomodarse de aprender los gustos, de sincronizar hasta los movimientos del punchi punchi (mete y saca).

Pero ella y yo también, no lo niego estaba entregado al 100%, nada frenaba los avances de mi mano y de mis dedos, mi mano acariciaba ya sus nalgas y bajaban por una de sus piernas y volvía a subir por la cara interna de ella, hasta tocar y acariciar su vulva y su ano, allí fue donde me detuve, y ella nada, se dejó tocar tanto como pude, con mi dedo mayor (del medio) comencé a hacer pequeños círculos sintiendo cada arrugita, ella me soltaba la boca para liberar un gemido largo y agudo, —¿Te gusta, quieres que siga?—pregunte con tono morboso, —siii, sigue— está vez mi dedo índice se deslizó casi por completo dentro de su vagina tan mojada estaba que luego con ese mismo dedo moje su ano, volví a retomar con mi dedo medio y esta vez suavemente y casi nada metí solo lá punta...—haaaaaaaa— volvió a gemir está vez...la perrita escucho y volvió a ladrar por unos minutos mientras yo seguía cada vez metiendo más profundo mi dedo en su culo.

Claudia en ese momento se estaba transformando en mi mejor experiencia sexual en años, mi erección era enorme ansiosa de ser acariciada, hasta mi segunda falange de mi dedo en su culo entraba y salía, podía hasta sentir su anillo del esfinter anal ahora intenté dos dedos y dos fueron los que lentamente entraron, volvió a soltar mi boca y gimió algo más callado para que no la sintiera su perrita.

Me dió la espalda respingando su cola entregandome todo en bandeja, mis dedos medio e índice entraban y salían, —de verdad quieres que te lo meta por aquí?— pregunté susurrando en su oreja, —siiiii toda— me confirmo.


Acerque mi latente miembro a sus agujeros lo coloque en la entrada de su vagina y se lo metí lentamente, —hoooooo que rico— dijo estaba mojada y caliente, me miró de reojo, —no me la vas a meter en la colita?— pregunto así toda derretida, ya saben no soy fanático del anal y está sería mi primera vez que las haría todas con alguien en la "primera vez" —¿Quieres que te la meta en el culo también? Pregunté nuevamente para aumentar el morbo con tono algo ingenuo mientras se la clavaba lo más profundo que pude así de cucharita en su vagina.

Ya que estamos aquí, aprovechemos— me dijo sonriente con las mejillas enrojecidas, agarré mi miembro luego de sacar mis dedos de su ano y lo arrastre por su piel intentando llevar algo de su lubricación, se adelantó con su mano me lo agarro y lo puso justo allí donde lo prohibido comienza y lentamente fui undiendome en el calor intenso de su carne, eso fue lo primero que sentí luego la resistencia de su ano, y un largo y ahogado —hoooooo—

Una de las sensaciones que más me gusta al hacer un anal es la presión que se siente en la cabeza del pene al meterlo por el ano sobre todo cuando pasa por el esfinter anal y lo otro que aquí la temperatura es mayor, pero al pasar por el esfinter e ir más allá (profundo) se pierde el roce, por eso en mi caso al llegar lo más profundo vualvo casi a salir para volver a sentir la zona apretadita, o bien quedarme allí y hacer cortitos movimientos es muy rico y así lo estaba haciendo Claudia estaba como en un trance respiraba entrecortado —que grande— me dijo, me preocupe un segundo y pregunte—¿Te duele?— —noooo es muy rico, la tienes rica— se la volví a meter profundo, agarré sus pequeñas tetas y comencé a moverme frenéticamente atento a pequeños signos de dolor o molestia, pero era todo lo contrario cada vez se sentía ella más y más excitada.

La hice girar sin separarme de ella —ganate en cuatro—y obediente siguió mi movimiento y quedó con la cola parada la vista era maravillosa, algo me pasa con esta posición ya sea vagina o anal la suma de la vista me hace acabar muy rápido, para mí la tarea ya estaba hechas así que me quedé unos segundos en el esfinter para sentir esa presión y finalmente acabe en lo más profundo de su cola, ninguna gota salió de allí y menos una pizca de suciedad, prejuicio que siempre tengo al hacer anal, aveces si pasa que sale algo de suciedad que es inevitable.

Fui al baño por el aseo correspondiente, y regrese así desnudo a volver a meterme en la cama Claudia aún estaba allí de guatita sobre ella con su cola y bellas piernas algo separadas.

—Me sigues asombrando Claudia, eres increíble— y acaricie su espalda hasta dar unas palmaditas en su cola, se levantó toda chascona de carreras al baño, sentí la ducha, me relajo aquello junto con el trago que ya eni vaso era historia, regreso envuelta en la toalla y se sentó a la cama nuevamente a peinar su cabello.

No pude evitar preguntar por este nuevo gustito sexual demostrado, su ex esposo su primer hombre le enseño muchas cosas y tuvo suerte según ella ya que el era muy delicado en esas artes, fundamental creo yo para que una mujer pruebe y disfrute otras variantes del sexo, —Y hace cuánto que no lo hacías así?— nunca pensé que me respondería usualmente muchas evitan hablar de su vida sexual, luego de pensarlo por unos segundos —hace como dos meses— no pregunté con quién, —super, me alegra que tengas con quién...ya sabes hacer cosas ricas— reímos un rato hablando cosas de sexo.

Lo hicimos un par de veces más intenso vaginal, rico, golosa, me gustó su actitud siempre atenta a mis palabras, hasta en un sofá de su living me monto por largos minutos allí sentí como acabo un par de veces, luego dormimos quizá un par de horas, como despedida al despertar volvimos a tener sexo con un perfecto 69, de verdad pocas cosas me faltaron hacer aquella noche, me despedí con una ducha mutua pero a esas alturas ya mi miembro solo quería descansar, ya el cuerpo no es el de los 20.

Ahora la veria en su negocio a pasos del mío, no quedamos en nada solo firmamos con fuego según yo y espero que ella una gran amistad.

Pronto nuevos reportes.










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