Tu cama.

Siempre fuiste mía, aunque formalmente no lo eras, bastaba una mirada tuya, una palabra mía para notar en tus ojos el deseo, cada vez que lo notaba daba la vuelta y mis labios sonreían triunfantes, y tu detrás tras de mi podía adivinar como mordías tus labios y apretabas tus manos, el rumor llego a mis oídos solo a confirmar que morías por mi, me hice el leso por mucho tiempo quizá demasiado, pero el momento y el lugar me obligaron a aquello.

Pero una tarde inocentemente caí en tu trampa, me llevaste a tu cuarto con una excusa, me sentaste en tu cama para conversar y beber una copa, no soy bueno para beber y basto solo una para ya sentirme mareado, lo que hiso que dejara de hacerlo y alargar, y alargar esa copa eternamente, pero mi risa se suelta y con música que mejor el intentar bailar, estamos solos en tu cuarto a los pies de tu cada vez mas enorme cama, tu cuerpo acercándoce peligrosamente, mis manos mas que tocarte se apoyan en ti para no perder pie, sonreímos y me robas un beso de la nada, sonrío inocentemente, te sientes mal por aquello, yo te abrazo y beso tus labios.

No tardamos en caer a tu cama, que parece ocupar toda la habitación, me siento mareado pero bien, tu piel es suave eso me agrada, tu pelo me hace cosquillas en mi cuello, mis manos te desnudan tu ya me tienes desnudo, me besas por todos lados yo arremeto con lo mismo besos y caricias por todos lados...estoy ya dentro de ti, me siento derretir, tu cara calentona me hace olvidar lo inocente que te vez normalmente, ahora la cama se me hace pequeña, me aferro a ti en mis últimos suspiros, gemidos, me aferro a tus sabanas para no caer de ella, me tomas del cuello y me atrae a ti...sonrío sobre ti, nuestros cuerpos pegados aún...

Tu cuerpo suave, hermoso, delicado, bello, riiicoo, aún esta igual, mejor diría yo... a pesar del tiempo.