Dama


En silencio admiré su belleza, disfrutaba de su simpatía, dulzura y calidez, no mire más allá de la piel de sus brazos, cuello y escote, quizá incluso su tobillo en alguna reunión, y solo por que mis ojos llegaron allí por casualidad, su aire maternal me llenaba de tranquilidad y despertaba en mi gratas emociones, abrase su cuerpo, como al de un familiar cercano, besé sus mejillas rosadas mil veces, hasta que un día a mis oídos llego el rumor dicho por una amiga cercana a usted...diciendo simplemente que yo te "gustaba" y basto tan solo esa palabra, ese rumor para cambiar la forma de mirarla a usted, y de darme cuenta que esa atención especial hacia mi, era solo a mi, de que sus ojos y atención siempre buscaban mis palabras y miradas y que nunca ese seño fruncido visto a lo lejos se dirigió a mi.

Esa tranquilidad desapareció y ahora los nervios se apoderaban de mi cada vez que usted se acercaba y para que decir yo a usted y peor aún al cerrar la puerta de su oficina y quedar a solas, las emociones gratas ya no eran tanto o mejor dicho se transformaron, ahora mi mirada recorrían mucho más que la piel visible, admiraban su cuerpo aún jovial y bien cuidado que muchas admiraban y envidiaban, aquello maternal desapareció y comencé a percibir su lado más sensual, en los detalles de su mirada, de su lengua mojando sus labios, en como su mano se posaba en mi brazo, en las suaves curvas de su cuerpo y en ese segundo que ahora eterno era luego de besar su mejilla al saludar, donde me daba la sensación de que cada célula de su cuerpo quería saltar sobre mi. Es obvio que por nuestra diferencia de edad influyo en todo esto, maldito prejuicio aquel.

A solas comencé a verla en sueños despierto, besando su boca, acariciando usted mi pelo mientras me veo tendido en su regazo, imaginando mil situaciones y mil diálogos donde quedábamos solos y cada palabra me llevaba al silencio producido por un beso y que decir de hacerle el amor tan dulcemente como salvaje podía ser.... tal como ahora lo acabamos de hacer...

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