La receta perfecta...


Me recosté a tu lado como siempre lo hago, tu dormitabas, el cuarto oscuro, la cama pequeña pero eso nos tenía aún más juntitos, mi mano busco tu espalda bajo las sábanas y bajo tu polera, recorrí largamente tu espalda desde tu cuello al sacro, ampliando mis caricias a tus caderas para bajar por ellas hasta la parte trasera de tus rodillas, así estaba acariciando sin querer más que eso, pero giraste tu rostro y adivinando en la oscuridad lanzaste un beso que cayó en mi mejilla corrigiendo de inmediato alineando mi boca a tu boca... no dijiste nada...no dije nada, pero mi mano busco lentamente tu sexo entre tus piernas, sin presentar resistencia al contrario separándolas y levantando tus caderas llegue fácilmente a el...húmedo ya mis dedos hicieron lo suyo.

Mis labios en tu hombro ganaban un beso a cada momento, tus gemidos indicaban que todo estaba bien, sin decir nada en minutos estabas de rodilla a mi lado basando mi sexo con pasión divina, mis piernas estiradas producto del placer poco a poco se liberaron de sus ropas...luego de aquello y besarme largamente en los labios te recostaste de espaldas a mi, sabes que me mata hacértelo así, mis manos acariciaron tu cola mientras mi miembro mojado por tus labios buscaban tu sexo mojado por mis dedos, la tibieza de tu sexo así es algo irresistible, tomo mi miembro con mi mano y en la oscuridad dibuje tus labios antes de entrar en ti, mojándolo aún más con tu lubricación, no hay nada más grato que esos segundos iniciales al sentir como mi sexo se abre camino en tu interior separando tu carne caliente ingresando todo, y tu haciendo así como apretándolo...bese tu espalda entre tus hombros, embestí con fuerza, rápido y lento, jugué solo con la punta entrando y saliendo para de golpe dejarme entrar sin aviso...estabas loca...gemías y tus manos tomaban mis caderas...


Luego en dos tiempos estabas sobre mi, apoyándote en mi pecho, mientras ayudabas con tu mano a que mi sexo entrara en ti...allí hiciste todo lo que sabes y que me deja a punto, fuerte, lento, hiciste círculos allí con tus caderas, sentadillas incluidas donde te tuve que hacer detener más de una vez...no quería acabar tan pronto...es que ese placer si fiera eterno o una droga que se pudiera tomar no tendría cura mi adicción. Me rogaste al oído para estar sobre ti, accedí a regañadientes pero no podía decir que no, traba tus piernas con mis brazos y las primeras embestidas fueron fuertes y profundas, tus gemidos eran una mezcla de dolor y placer..algo queme encanta...pero luego debí bajar la velocidad por que nuevamente me venían esas ganas de llenarte toda de mi, liberando tus piernas, sacando mi sexo de tu sexo y de un pequeño salto entregarlo a tu boca...increíble pero aquello calma mis ganas por acabar... no se por que...

Nuevamente me pides que te tome a lo perrito a lo que accedo...me alcanzas un condón y ya estoy listo será el final...me arrodillo tras de ti y como nos conocemos muy bien en la oscuridad no necesitamos ayuda de nuestras manos y me tienes ya dentro de ti...me inclino sobre mis talones y tu te mueves como una puta...te lo susurro en la oscuridad..."así mi putita"....me incorporo en mis rodillas te pido que juntes las piernas...te tomo de los hombros...tu solo gimes y se escucha tu respiración, y dando embestidas profundas y fuertes esa corriente de placer recorre mis piernas, llega a mi sexo sube por mi espalda y muerdo mis labios...para caer agitado sobre tu espalda lamiendo las gotas de sudor que en ella se encuentran...caigo a tu lado...rendido, extasiado ..feliz...y vuelve mi mano a acariciar tu espalda, toda tu espalda, y me besas los labios y aprovechando un suspiro te digo que te amo.

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