Siempre me ha gustado la variedad, no limitarme a la cama para hacer aquellas cosas que tanto nos gustan, recuerdo aquella noche en aquel lugar...encerrados en un cuarto no muy grande, estábamos muy entusiasmados embriagados por el calor del lugar y de nuestros cuerpos, mojados ya por nuestro sudor, recuerdas, miraba hace rato de reojo aquella mesa en el rincón, con nuestras cosas, dude por un instante preguntar o proponértelo, pero te lo dije de una vez, "que tal si vamos a la mesa", sonreíste picaramente entusiasmada con mi idea pensando quizá que era buena idea, de un manotazo las cosas volaron de ella, y tomándote en mis brazos te deje suavemente sobre ella, acomode la silla a un paso de mi, corrí a la cama en busca de la almohada para tu cabeza, tu solo sonreías, entregada a mis movimientos, a mis ideas, a mis deseos, toda y yo...feliz...no podía pedir más.
No aleje mucho la silla me senté en ella y tu entregada a mi, separando tus piernas con tus ojos me pedías todo, deslice mi lengua por todas partes, te hice gemir como me gusta, saboreé de ti lo que quería y saciado ya me incorpore de un salto luego de que me pidieras más de una vez, que te hiciera el amor, acomodándome entre tus piernas y la altura casi exacta de la mesa era casi pero con uno de los cojines quede a la altura ideal...unos pequeños roces con mi miembro y en un segundo estaba en ti, lentamente y profundo entero en ti. Tu sonrisa me derretía, tu cuerpo y el mio sudando parecían resbalar el uno del otro pero lo único que lograban eran unirce más...me pedías rápido con fuerza...y yo respondía a tus pedidos, me detenía unos segundos y mi lengua volvía a repasar tu sexo...que experiencia que momento aquel recuerdas...intenso terriblemente erótico....a la par los dos llegamos al cielo, cansado descanse unos segundos sobre ti, aún en ti...luego en mis brazos regresaste a la cama...a descansar de mi...
No aleje mucho la silla me senté en ella y tu entregada a mi, separando tus piernas con tus ojos me pedías todo, deslice mi lengua por todas partes, te hice gemir como me gusta, saboreé de ti lo que quería y saciado ya me incorpore de un salto luego de que me pidieras más de una vez, que te hiciera el amor, acomodándome entre tus piernas y la altura casi exacta de la mesa era casi pero con uno de los cojines quede a la altura ideal...unos pequeños roces con mi miembro y en un segundo estaba en ti, lentamente y profundo entero en ti. Tu sonrisa me derretía, tu cuerpo y el mio sudando parecían resbalar el uno del otro pero lo único que lograban eran unirce más...me pedías rápido con fuerza...y yo respondía a tus pedidos, me detenía unos segundos y mi lengua volvía a repasar tu sexo...que experiencia que momento aquel recuerdas...intenso terriblemente erótico....a la par los dos llegamos al cielo, cansado descanse unos segundos sobre ti, aún en ti...luego en mis brazos regresaste a la cama...a descansar de mi...
Puuuuffff..... Me he puesto mala leyéndote... Eres genial narrando estas cosas.
ResponderEliminarLa verdad es que hacerlo en una mesa puede ser muy muy satisfactorio...
Besos desde Plutón