Pero luego en aquel motel que visitamos mil veces, yo podía ser tan suave y lento en mis movimientos que no se hasta hoy como no se desesperaba.
Cuando llegaba a su sexo este de verdad estaba mojado, aveces corría un hilito y cuando separaba sus labios por estos en la parte interna podía ver gotitas de fluido corriendo según la fuerza de gravedad y eso para mi era alusinante, nunca más me pude fijar en otras de aquel detalle solo notaba la humedad.
Detalles que espero volver a descubrir.
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